Mahe Boissel se enfrenta a seres planteados en nuestra realidad ,les pregunta ¿ Cuales son sus rituales, su mitología personal ¿Cómo haceís para vivir en este mundo? Les representa como son, se acerca a lo mejor de su carne viva, su trazo muy fuerte tiene la agudeza de un escalpelo. Esos seres que son hombres o mujeres no tienen edad se quedan de pie entre la niñez y la vejez, bailando, gritando, amando, cantando, acariciando; fijados en su humanidad mientras tanto circula el deseo por todo el espacio. El dibujo de Mahe Boissel no tiene la luz del angél como guión ni tampoco el hechizo de la musa que viene de lo mas hondo del ser llamado por el taconeo en el suelo, brota del cuerpo como sangre negra y centellea en un cielo azul. Todo eso junto quema el papel, rota los estilos y atraviesa el alma.
Por su origen catalan Mahe Boissel tiene ojos claros y mirada tan sombria que mata. Sus dibujos ni son bonitos ni políticamente buenos; son verdaderos y la verdad – nos dice Louis Soutter – es tremenda.
El trazo es continuo hila su camino sin preocuparse; tiene fondo y nos deja sin aliento con esos seres incarnados, son acontecimientos que desgarran la trama de todas nuestras exceptativas, nos fascinan, nos dicen que Mahé Boissel tiene DUENDE.