Domingo 27 de Octubre 17:00h
Entrada Libre
Cerca de 20 años llevaba ya Ana Contreras, antes de embarcarse en esta aventura investigando y dándole vueltas a la figura de Sor Juana de la Cruz (1481-1534), mística, visionaria, mujer párroco y consejera de personalidades como Carlos V, el Gran Capitán o el Cardenal Cisneros. Sobre su vida y su obra ha desarrollado un trabajo de investigación performativa que en el Festival Místicas adoptará la forma de espectáculo de artes vivas con el título de «Como alambre muy delgado», y que podrá verse el día 27 de octubre en Museo Zapadores. Ciudad del Arte.
FESTIVAL MÍSTICAS
De forma paralela a este trabajo teatral, Contreras participa desde hace tiempo en un proyecto de I+D de la Universidad Complutense llamado «La conformación de la autoridad espiritual femenina en Castilla», dirigido por la Rebeca Sanmartín Bastida. Esta doble vertiente, académica y artística, le hizo darse cuenta de que había muchos intereses comunes en ambos mundos que podían converger y realimentarse muy bien si se creaba un marco adecuado. «Yo estaba en contacto con el mundo académico, pero mis herramientas son las del teatro, y veía que había también muchas compañías y artistas con mucho interés por la mística, por el teatro conventual y por las primeras escritoras en castellano –explica la directora–. Me pareció que sería interesante que todo eso confluyera para que unos pudieran enriquecerse de lo que estaban haciendo los otros». No en vano, uno de los pilares en esta primera edición del festival será un congreso internacional dedicado a propiciar ese diálogo entre creadores, profesores, místicos contemporáneos y espectadores que se ha llamado «En torno a las Místicas (siglos XII-XXI): textualidad, teatralidad, espiritualidad». Incluso para el congreso, que podría resultar más minoritario, son muchos los que se han puesto en contacto con la organización del festival, a través de su página web, con la intención de reservar una plaza. A Contreras, sin embargo, no le resulta del todo extraño este interés del ciudadano contemporáneo por la mística y por las formas de expresión artística del medievo: «Nuestra época, en realidad, tiene bastantes concomitancias con la Edad Media –advierte Contreras–. De un tiempo a esta parte ha habido una ruptura con el clasicismo, y eso nos lleva a saber apreciar estéticamente aquellas formas que se alejan de él como no se hacía en el siglo XVIII ni el XIX. Lo posdramático de ahora tiene que ver con lo predramático de entonces».
Talleres, exposiciones, presentaciones y algunas otras actividades completarán una programación que, desde el punto de vista puramente teatral presenta varios atractivos y originalidades. «Modo de visitar conventos», por ejemplo, es una propuesta que parte de textos de Teresa de Jesús, María de San José o Ana de Jesús, entre otras, y que consiste en un recorrido por distintas estancias del Monasterio de Santa Ana y San José (día 17 de octubre) que representan, a su vez, diferentes jornadas en la vida de una monja de clausura.
Pluralidad de voces
Otra de las propuestas será un recital de poesía, titulado «Esta divina prisión», que la Compañía Nacional de Teatro Clásico ha querido incluir en su programación esta temporada y que tendrá lugar en el Teatro de la Comedia el día 21, interpretado por Eva Rufo, Jesús Noguero y Lola Casamayor. Partiendo de la selección de poemas y la dramaturgia que ha elaborado Raúl Losánez –crítico de teatro de LA RAZÓN–, la propuesta trata, según él mismo explica, de «abrir el campo de la poesía mística más allá de la religión». «Hemos tratado de reunir una pluralidad de voces, de primer nivel literario todas ellas, que tiene en común haber reflexionado con profundidad y belleza, desde diferentes ángulos y en distintas épocas, sobre la posibilidad o no de trascender, sobre el encuentro o desencuentro con lo divino y, en definitiva, sobre el sentido de la vida», afirma Losánez.
Las Trinitarias, espectadoras de excepción
Una de las propuestas con mayor demanda de público está siendo «Muerte del apetito». El espectáculo, con dramaturgia de Rebeca Sanz Conde, permitirá a los asistentes no solo tener un privilegiado acceso, habitualmente muy complicado, al histórico Convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso –en cuyo interior se encuentran presumiblemente los restos de Cervantes–, sino disfrutar en tan singular espacio, además, de la obra de su monja más ilustre en el plano literario, sor Marcela de San Félix, hija nada menos que de Lope de Vega, autor que vivió en las inmediaciones y que da nombre precisamente a la calle donde se ubica el convento. Curiosamente, la función se hará para aquellos espectadores que accedan con su entrada y, al mismo tiempo, para las propias monjas que allí viven y que podrán verlo al otro lado de la reja de clausura.
*Espacio beneficiario de la subvención a Espacios de Creación Contemporánea (2018-2019) del Ayuntamiento de Madrid